Friday, October 25, 2013

Calcuta

La ciudad de Calcuta está en el norte este de la India, en avión a tan sólo dos horas y media pero en tren está a 36. Viajé allá con una amiga de Ecuador y debíamos encontrarnos con nuestra amiga finlandesa, que había tomado tren dos días antes porque tuvo vacaciones desde el cumpleaños de Gandhi. Pero es más fácil decir como encontrarnos que en realidad hacerlo; estábamos en la misma área, la más central en Calcuta, desde las 10 de la mañana, pero no lográbamos encontrarnos (no confíen en los hindúes cuando les dicen donde están, todos dicen un lugar diferente). Después de muchas llamadas de teléfono y mucha hambre nos encontramos por fin con la voluntaria finlandesa y fuimos al hotel que ya habíamos reservado desde antes del viaje. 

Después de una mañana bastante cansada salimos para buscar algo de almuerzo y empezar a conocer la ciudad. Cerca de donde estábamos había todo, y a lo primero que fuimos fue al mercado rojo, llamado así porque los muros están pintados de ese color. Era bastante grande y uno podía encontrar de todo tanto afuera como adentro; además habrían hasta bastante tarde y al parecer en esa hora era cuando había más vida en el lugar 



Pero esa fue una parada pequeña, y continuamos caminando por una especie de parque muy bonito pero con muy pocos árboles hasta el Victoria Memorial, dedicado a una antigua emperatriz de India y que ahora sirve básicamente como museo. En el interior es muy tranquilo y la construcción es totalmente occidental, aunque en general Calcuta se siente un poco menos hindú que el resto de lugares a los que he ido, seguramente por el tamaño de la ciudad 




Nos quedamos ahí poco tiempo y seguimos caminando hasta encontrar el río que separa a dos partes de Calcuta. Fuimos de nuevo engañadas por las direcciones hindúes porque término siendo más lejos de lo que pensábamos y llegamos agotadas al río, aunque como era un lugar calmado y bonito sólo nos sentamos a relajarnos. Ahí pudimos ver como los hindúes utilizaban el río para bañarse, aunque el agua no sea exactamente limpia. También había un árbol justo en frente de las escaleras que llevaba al río en donde estaban las fotos de unos dioses y flores, y veíamos a las personas venir y rezar un poco en ese lugar. Caminamos por ahí en un boulevard a lado del río y descansamos.




Los últimos dos puntos que visitamos en la ciudad fueron primero un jardín botánico, que era más bien un parque muy grande, en donde las parejas (al parecer en el norte son más abiertos con eso de mostrar afecto público, porque ya se ven parejas) o sino los niños iban a jugar o sentarse. Habían lagos aunque no muchas flores, pero pudimos conversar con algunos niños hindúes que hablaban inglés. Finalmente fuimos a lo más representativo de la ciudad que es la casa de la Madre Teresa. Entramos al edifico en el que vivió con el resto de su misión y también vimos su tumba que está en la misma casa. Fue interesante ir allá porque pudimos leer y enterarnos de la vida de la Madre y todo lo que hizo en su vida por luchar contra la miseria en India, viviendo ella misma en esas condiciones. Además también nos enteramos de que en esa misma casa siguen viviendo las hermanas que continúan lo que la Madre empezó y manejan incluso un hospital gratuito para todos a una calle de su casa, en nombre de la Madre.





Así pasamos nuestros dos días en Calcuta, tiempo más que suficiente para ver lo clave y ahora nos dirigimos a Darjeeling, cerca de la frontera con Nepal. 

06/10/2013

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