Y es en esta pequeña ciudad más asiática que hindú que se pueden ver los Himalayas! Esa fue la principal razón por la que fuimos allá, aunque la gente bien podría ser otra :). Pero la primera mañana que amanecimos ahí, arreglamos un pequeño tour que se lo puede contratar en cualquier parte para poder ir a lo alto de una montaña a ver el amanecer y como los primeros rayos del sol se reflejaban en el Kachenjungan, la tercera montaña más alta del mundo y que es parte de los Himalayas. Poder en eso en realidad fue increíble, y no me había imaginado nunca que iba a poder ver algo así. A pesar del frío de la madrugada, una gran parte del pueblo y todos los turistas se dirigieron a esa misma montaña para disfrutar de esto y valió cada segundo, cada escalofrío :). Una pequeña cobija de nubes sobre la ciudad y luego los primeros rayos del sol saliendo detrás de una cordillera pequeña, las luego ver más a la izquierda y tener a los Himalayas en frente, cubiertos de nieve que pronto se hacía dorada por el sol... Un espectáculo increíble!
A parte de esto también disfruté mucho conociendo el budhismo. Debo decir que una de las mejores opciones en esa ciudad es simplemente caminar a donde las piernas te lleven (terminé persiguiendo a monjes :) ) porque así se descubren cosas olvidadas, pérdidas, que valen mucho más que otras. En mi caso (después de seguir a los monjes) terminé en un monasterio a las afueras de la ciudad y al que nunca hubiera llegado porque las calles no eran nada conocidas, y ahí tuve una de las experiencias más hermosas. Tuve la suerte de conocer a tres monjes, dos mayores (30-40 años) y uno menor (12-17 años) que fueron increíblemente amables conmigo y tan abiertos y lindos como para hablarme de la ciudad, del monasterio, del budhismo y como ellos se convirtieron en monjes, todo esto con tazas de té típico de Nepal y sentados en su monasterio! Hasta me enseñaron la sala en donde rezan todos los días y donde figuras como el Dalai Lama habían estado! Simplemente personas excelentes, conversaciones increíbles, lugares bellísimos... Algo más que nunca me imaginé que haría! Amistad con monjes tibetanos :)
Finalmente, actividades más comunes que hicimos fueron visitar un par de templos, todos muy hermosos con estatuas de Budha enormes y decoraciones súper coloridas; caminar por las plantaciones de té que es uno de los mejores del mundo y anteriormente servía como escala para medir la calidad; pasear por la pagoda japonesa de paz, un monumento construido por un japonés budhista que justamente buscada transmitir paz y unidad, porque resulta que este monumento también se encuentra en ciudades claves alrededor del mundo... O simplemente pasear por las calles de Darjeeling
Gracias a todo esto Darjeeling resultó en una experiencia inolvidable y hasta ahora ha sido la viuda y la estadía que más me ha gustado de entré todos los lugares que he estado. Simplemente perfecto!
09/10/2013
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